Canelo Álvarez desciende del trono algo que parecía eterno. Dmitry Bivol descifró todos los recursos del multicampeón mexicano. La noche más triste para Canelo se consumó después de 12 rounds dominados por Bivol que se han traducido en una decisión unánime con tres tarjetas generosas de 115-113. Hasta el último momento, el fantasma de los jueces rondó en el MGM Grand de Las Vegas; pero finalmente la evidencia se impuso para validar el amargo trago que Canelo tendrá que soportar en su historial para siempre.
Bivol demostró sangre fría ante el Canelo Álvarez
En comparación de otros rivales que se achicaron con el entorno, Bivol demostró sangre fría desde el primer momento. Su boxeo fue elegante y atlético. Canelo pasó por alto la diferencia de tamaños y buscó los golpes de poder que derribaron a todos los gigantes de las 168 libras. Sin emargo Bivol y su mandíbula ayer contaron una historia diferente. El mexicano utilizó su mejor repertorio, con el uper de derecha como brújula, pero no pudo perturbar a un rival robótico, incapaz de dibujar gestos en su rostro; y que tenía una respuesta para cada acertijo.
El rey indiscutido de los supermedianos no encontró las zonas blandas de Bivol, que mantuvo sus piernas frescas durante los doce rounds. Cada intento fúrico de Álvarez fue replicado con una lluvia de golpes rectos por parte de Dmitry Bivol. Al ruso le sobró la constancia que le ha faltado a otros rivales que pusieron en aprietos a Saúl Álvarez, como Gennady Golovkin, Erislandy Lara y Miguel Ángel Cotto.
Era dramático cada golpe de Bivol a Canelo Álvarez
La decisión unánime hizo justicia al boxeo preciso y límpido de Bivol, que llegó como un sólido campeón y ahora, con esta victoria contundente, oposita a la mesa de los mejores libra por libra de la actualidad.

De eso se trata el boxeo y el deporte de alto rendimiento. Los mejores tienen que pelear con los mejores. En la alta competencia se gana y se pierde. Quizá ninguna disciplina castigue tanto la derrota como el boxeo, en el que los récords hablan por sí mismos; pero ahora Canelo enfrentará otro desafío supremo: superar esta dura caída y volver a reclamar la corona. Ya lo hizo cuando fue barrido por Floyd Mayweather Jr. en septiembre de 2013.
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Desde hace mucho tiempo, está claro que siempre tendrá detractores. Para Canelo es imposible tener contenta a toda la afición. Pero su legado ya pertenece a los estándares más altos. Ir al peso semicompleto fue una locura que salió bien al principio, cuando detuvo en 11 rounds a Sergey Kovalev hace tres años, pero hoy su cielo ha encontrado un techo: Dmitry Bivol; que desde hoy será recordado para siempre. Canelo perdió ante un rival de categoría, pero nadie lo dude: su era dorada está todavía lejos de terminar.