En un hecho sin precedentes en el Senado de México, Adolfo Gómez Hernández, senador del partido Morena, está en el centro de una fuerte controversia tras permitir el sacrificio de una gallina como parte de un ritual indígena. Este evento, que ha suscitado críticas de diversas bancadas, pone en tela de juicio la interpretación de las leyes federales frente a las locales y los derechos de los pueblos originarios.
El suceso ocurrió durante una ceremonia organizada por el propio senador en honor al Día de la Tierra, donde se sacrificó a una gallina, contraviniendo la legislación de la Ciudad de México que prohíbe explícitamente el uso de animales en ritos que afecten su bienestar. Pese a las advertencias de otros legisladores y la clara disposición legal, Gómez Hernández procedió con el acto, justificándolo como un derecho de los pueblos originarios amparado por el artículo 2 de la Constitución Mexicana.
La Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México es clara al prohibir el uso de animales en ritos tradicionales. Adicionalmente, el Código Penal del Distrito Federal prevé sanciones severas para actos de maltrato animal, incluyendo multas y prisión. La defensa del senador se centra en el argumento de que la normativa federal que protege las prácticas de los pueblos originarios prevalece sobre la local, planteando un conflicto legal que podría tener consecuencias significativas para su carrera política.
La acción de Gómez Hernández no solo generó repudio dentro de su propio partido, sino también entre los legisladores de la oposición. Figuras como Ricardo Monreal y Kenia López Rabadán han expresado su desacuerdo, señalando el incidente como un acto de crueldad innecesaria y una mala representación de los valores del partido y del gobierno. La discusión ha trascendido el ámbito político, incitando un debate nacional sobre la ética del tratamiento de los animales y los límites de las prácticas culturales.
