En la rica gastronomía del Estado de México, existe un dulce con un sabor especial, que se elabora con maestría y pasión, celebrando la vida y la muerte. En este artículo, te sumergirás en el mágico mundo del Alfeñique, un dulce que adquiere forma y vida en los talleres de artesanos.
El Dulce Sabor a Muerte
En los municipios de Toluca, Metepec, Calimaya, Capulhuac y Tianguistenco, el Alfeñique es mucho más que un simple dulce. Este manjar adquiere forma de calaveras, borreguitos, gallinas, frutas, canastas y tumbas, y su sabor es un tributo a la celebración del Día de Muertos. Los ingredientes clave son el azúcar glas, clara de huevo, colorante, limón y chautle.
La magia comienza cuando hábiles artesanos dan vida a estas figuras, decorándolas con colores vegetales que se convierten en grecas, espirales y coronas, añadiendo detalles brillantes con brillantina o papel comestible. El resultado es un regalo para los sentidos, un dulce que conmemora la muerte con sabor y arte.
El Arte de Toluca
Toluca, la capital del Estado de México, es el epicentro de esta tradición. Sus calles están llenas de talleres artesanales donde el Alfeñique se convierte en verdadera obra de arte. Cada figura cuenta una historia, cada mordisco es un tributo a los seres queridos que han partido. Es un legado que se ha transmitido de generación en generación.
Celebrando la Tradición
La Feria del Alfeñique es un evento anual que no te puedes perder. Además de disfrutar de estos dulces, podrás ser testigo del Concurso Nacional “Dulce de Alfeñique y Dulce de Día de Muertos,” que reconoce el talento de los artesanos. Las piezas ganadoras se exhiben en el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), donde podrás adquirirlas en su Tienda de Artesanías Casart, ubicada en el Parque de la Ciencia “Fundadores.”
