El volcán Popocatépetl ha experimentado un aumento significativo en su actividad desde marzo de 2023, lo que ha llevado a las autoridades a elevar el nivel de alerta a Amarillo Fase 3. Este incremento en la actividad volcánica ha generado preguntas y preocupación sobre lo que está sucediendo con el Popocatépetl.
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Según la Dra. Ana Lilian Martin del Pozo, investigadora del departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM, el Comité Científico Asesor de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) ha detectado anomalías magnéticas, cambios en el monitoreo de manantiales y cenizas, así como un aumento en la emisión de gases desde marzo de 2023.
La actividad del volcán ha mostrado un patrón de altibajos, con períodos de calma intercalados con emisiones constantes de ceniza y gases, e incluso algunas explosiones. Debido a la intensificación de la actividad a partir del 19 de mayo, la CNPC decidió cambiar el semáforo de alerta volcánica a Amarillo Fase 3. Esta situación ha provocado que se dirijan preguntas hacia las autoridades para entender lo que está ocurriendo.
No es la primera vez que registra una actividad intensa
Es importante destacar que esta no es la primera vez que el Popocatépetl registra una actividad intensa. En los años 2000, 2012, 2013, 2019 y ahora en 2023, el volcán ha alcanzado el nivel de alerta Amarillo Fase 3. Algunos de los momentos más destacados incluyen la caída de ceniza en municipios cercanos al volcán y en la zona metropolitana de Puebla en diciembre de 1994, cuando despertó después de 70 años de inactividad. Además, en abril de 2016, la actividad volcánica cubrió de ceniza gris la ciudad de Puebla.
El Popocatépetl ha experimentado erupciones a lo largo de la historia, y algunas de las más notables ocurrieron en los años 1519, 1994, 2000, 2001 y 2013. Los episodios de actividad intensa se han presentado en los periodos 2000-2003, 2012-2016 y actualmente en mayo de 2023.
La última erupción registrada del volcán Popocatépetl fue el 23 de julio de 1994, cuando despertó con fuertes fumarolas. Posteriormente, el 21 de diciembre de ese año, se produjeron pequeñas erupciones, temblores locales y una lluvia de polvo y ceniza que afectó la zona metropolitana de Puebla. Durante ese periodo, se realizaron evacuaciones en los poblados más vulnerables del flanco noreste, alcanzando un total de 30 mil personas evacuadas.
En diciembre de 2000, la actividad del volcán se intensificó, formándose un nuevo domo, lo que llevó a la evacuación de 41 mil personas. Durante el año 2001, se registraron grandes cantidades de ceniza volcánica y flujos piroclásticos, lo que resultó en la evacuación de varios pueblos cercanos.
El Popocatépetl registran explosiones y la formación de grandes domos
Entre 2012 y 2016, el Popocatépetl experimentó una frecuencia de explosiones y la formación de grandes domos de lava. En 2013, se produjo una expulsión considerable de ceniza y gases, así como una serie de explosiones. En octubre de 2018, se reportó una intensa actividad con más de 300 exhalaciones acompañadas de vapor de agua y gas.
Ahora, a partir del 19 de mayo de 2023, se ha detectado un aumento en la actividad del volcán. Se han registrado explosiones con características de erupción estromboliana, que implican la emisión esporádica de fragmentos de material piroclástico, bombas de lava, gases y ceniza. La emisión continua de columnas de gases y ceniza, así como explosiones de magnitud menor y mediana, ha llevado a la Coordinación Nacional de Protección Civil a elevar la alerta del semáforo volcánico a Amarillo Fase 3.
En resumen, el volcán Popocatépetl ha experimentado un incremento en su actividad volcánica desde marzo de 2023, lo que ha llevado a la elevación del nivel de alerta. Si bien esta situación genera preocupación, es importante recordar que el volcán ha presentado episodios similares en el pasado. Las autoridades continúan monitoreando de cerca la situación y tomando las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población.
