Gran representación de la batalla de Puebla del 5 de mayo se vivió en el municipio de Calimaya.
“Mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa Patria, querida, que el cielo un soldado en cada hijo te dio” son los versos que empoderaron a miles de mexicanos quienes, ante la invasión francesa, tomaron armas, y con sangre y sudor en la frente, le hicieron frente a los extraños que amenazaban la democracia.
Con lo que podían, unos armamos con rifles y cañones, otros con palos y piedras, se armaron de valor para darle una batalla digna de conmemorarse año tras año a los “franchutes”.
Comandados por el General Ignacio Zaragoza ondeando la bandera de México pudieron contener la ofensiva, pese a que eran superados en número.
Lo anterior se revivió en la comunidad de La Concepción Coatlipac, perteneciente al municipio de Calimaya, donde desde hace más de 100 años los habitantes han escenificado la batalla del 5 de mayo por sus calles, representando al menos 15 enfrentamientos y la rendición de los franceses con el apoyo de más de 150 vecinos.
Tras dos años de ausencia de la representación por la pandemia de covid-19, en La Conchita se rindió un homenaje a los valientes mexicanos que se ganaron un lugar en la historia, aseguraron los participantes, quienes después del enfrentamiento disfrutaron de la verbena que, además, contribuye a la cohesión social.
“Fueron dos años sin la representación y ahora hasta parece que los cañones suenan más fuerte, estamos muy emocionados, muy contentos de volver a nuestras tradiciones”, señalaron.
La pólvora, los gritos, los “machetazos”, los rifles, los niños, los adultos, los espectadores, todo dio paso a una de las conmemoraciones más coloridas de las hazañas de Ignacio Zaragoza y Porfirio Díaz.
Pedro Pérez
