Sorpresa se llevaron 83 familias que, tras poco más de un año sin visitar los sepulcros de sus seres queridos en el Panteón La Soledad, ubicado en el municipio de Toluca, descubrieron que fueron vandalizados y saqueados durante el confinamiento.
De acuerdo con la administración del camposanto, entre agosto y diciembre detectaron que, al menos, un par de sujetos entraron al panteón una vez que caía el Sol para robar metal de las capillas familiares ubicadas en las periferias.
Se destacó que, pese a que el lugar cuenta con veladores, es imposible mantener vigilado cada metro pues la extensión del predio es de 10 hectáreas.
Los vidrios rotos fueron los que delataron los crímenes, y aunque se interpusieron denuncias penales, no se ha capturado al o los responsables de los saqueos a las criptas familiares.
En el panteón se pueden observar los vestigios de los robos, incluso algunas de las urnas estaban en el piso, lo que en su mayoría se robaron fueron los crucifijos.
“Los quieren por el metal, todo lo que se puede fundir, realmente no respetan ni a los muertos, no han regresado pero no nos dimos meter a las capillas, ya será decisión de los dueños, van a tener que reponer los cristales”, comentó uno de los trabajadores del lugar.
La pandemia generó un aumento de robos en lugares a los que se limitó el acceso como los panteones, las escuelas y los centros comunitarios.
Pedro Pérez
