Mario Delgado, presidente nacional de Morena, reconoció este jueves que tomó cursos con NXIVM para su desarrollo profesional y personal.
“Asistí a un programa de gestión de liderazgo y éxito corporativo de una institución a la que asistían miles de personas de todo el mundo. En México, antes de mi participación, ya habían asistido y recomendaban dicho programa políticos, famosos periodistas y líderes de opinión. Existe una enorme diferencia entre haber sido engañado para tomar un curso y haber participado en una red criminal“, sostuvo Delgado, en una carta publicada en su perfil de Twitter.
El dirigente de Morena relató que asistió a los cursos para su desarrollo profesional y personal, por lo que se inscribió a varios cursos impartidos en algunas universidades como la UNAM, el ITAM, Yale y que por ello, se acercó con la organización de Raniere. Sostuvo que desconocía de las actividades criminales a las que se dedicaba la secta.
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— Mario Delgado (@mario_delgado) March 4, 2021
“Cuando asistí, de buena fe y en busca de mi mejora personal -como es el caso de 15 mil mexicanos víctimas de la estafa- desconocía cualquier actividad ilegal de esta institución o de sus directivos en los hechos que posteriormente salieron a la luz”, añadió Mario Delgado.
NXIVM ofrecía cursos que pretendían impulsar el desarrollo personal y profesional de los asistentes. Tenían una duración de dos semanas y atrajeron a actrices y políticos en Estados Unidos. Sin embargo, a través de una investigación, la policía descubrió que esclavizaban y marcaban a las mujeres del grupo.
La secta era liderada por Keith Raniere, quien fue sentenciado a 120 años de cárcel en Estados Unidos por explotación sexual.
En México, algunos de las personalidades que estuvieron involucradas fueron Carlos Salinas Occeli, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, y la empresaria Loreta Garza. Delgado es el último de estos personajes que se relacionan con la organización.
El presidente de Morena sostuvo que la publicación de la nota que lo relaciona con NXIVM se debe “a una estrategia de guerra sucia”, impulsada por partidos de la oposición.
Redacción Latinus
